Cuentan que Dios queriendo que cada ser humano se diera a la tarea de buscar la verdad y la tuviera muy cerca para que viviéndola la disfrutara más, hizo asamblea de ángeles y les preguntó dónde colocarla.
Después de variadas discusiones, uno le dijo colóquela en el fondo del océano, así tendrán que sumergirse en lo más profundo, les costara más y lo disfrutarán más al encontrarla…
Otro dijo, no, más bien colóquela en una estrella, se esforzarán por subir bien alto y la cuidarán todavía más. Y así, siguieron discutiendo largo rato y no lograban encontrar dónde, cuando un angelito se apareció y dijo : yo si se dónde, colóquela dentro de ellos mismos y así cada uno tendrá que estar siempre en contacto con su verdad y esto les hará vivir mejor y fue entonces cuando Dios coloco el AMOR en el corazón del hombre, pero como una gran paradoja el hombre sigue buscando su verdad y casi siempre la busca equivocadamente y por eso es que pocas veces es feliz porque no dejamos crecer ese DIOS AMOR que tenemos por dentro.
25 años de vida de Nuestra Casa es una expresión clara de ese amor de Dios en nuestras vidas que nos ha permitido saborear su misericordia y a través de ella encontrarnos con nuestra realidad para crecer y crecer; no ha sido fácil… pero aquí estamos.
Pienso que hoy somos mejores seres humanos y eso ha permitido que Nuestra Casa exista.
Por eso hoy hemos vuelto después de la pandemia, sentir que aquí está Nuestra Casa y que a pesar de luchas y más luchas, sigue cumpliendo su tarea. Podemos afirmar que DIOS también colocó la verdad en el corazón de Nuestra Casa, a través de las personas que presencial o virtualmente han estado en constante trabajo por Nuestra Casa, recordamos aquí a Carmen María, por su tesón y constancia.
Con cariño,
Daisy Barros