A lo largo de la vida alguna vez hemos caminado de manera tan automática, adoptando culturas, patrones, y perspectivas que quizás han sido un recurso ante situaciones difíciles de vida, pero, en algún momento hemos reflexionado sobre la utilidad, funcionalidad y beneficio de las mismas, o hemos notado cómo reacciona la mente, las emociones y el cuerpo cuando se emplean estos recursos de afrontamiento cognitivo ante problemas y demandas del ambiente; si quizás no lo has observado, revisa lo siguiente: ¿Cuándo estas en una situación estresante, has tendido a postergar tus horas de sueño, tiempo para comer, tiempo para disfrutar a solas o en compañía, tiempo de ocios, etc.?, si la respuesta es sí, has observado a corto plazo que repercusiones tiene en tu salud; si la respuesta es no, entonces te preguntaré; ¿Has presentado frecuentemente síntomas como, dolores de cabeza, lectura elevada de la presión, dolor muscular o de espalda, malestares estomacales, irritabilidad, cansancio, entre otras?; entonces, quiere decir que tu cuerpo se inició a descompensar, no es que este mal, solo quiere darte una señal de alerta para indicar que algo no está funcionando de manera correcta, y quizás creas que es la presión externa, y sí, hay incidencia, sin embargo; si, examinas tu cuerpo, notarás que funciona de manera integrada, que cada órgano, sistema y sentidos del cuerpo están conectados aunque cada uno cumple una función específica, y el director de la orquesta es el cerebro, y así identificarás que gran parte de lo que ocurre en el cuerpo esta direccionado por el mismo, pero, como ocurre esto, haz este pequeño ejercicio; repite diez 10 veces la frase “quiero agua” con los ojos cerrado y centrando toda tu atención en la misma, y sentirás como tu cuerpo responderá ante el estímulo que le indicas seleccionar, y así de simple; se evidencia cómo gran parte de nuestras ideas inciden en nuestro cuerpo y acciones.
Ahora, hagamos el ejercicio más complejo, repite 10 veces la frase “no sirvo, soy inútil, no soy capaz” y evidencia cómo reacciona tu cuerpo y emociones ante ellas, y, luego las vas a cambiar por frases como “soy valiente, inteligente, fuerte, capaz”, vez que la interpretación cognitiva, emocional y sensación corporal vibra diferente , y sólo porque reprogramaste el chip en la mente; imagina si lo hicieras todo los días, cuantos logros alcanzarías, cuantas pruebas superarías, cuanto dolor minimizarías y cuánta confianza te tendrías; sabes por qué, quebraste la programación que había en la mente, la cual se forjo en etapas tempranas por una presión social que inicia desde la familia, la escuela y sociedad, en la cual se establecen dogmas y paradigmas comunes para generar un prospecto humano fijado en un ideal, sin detallar que cada individuo es único y sin igual, con capacidades, habilidades, virtudes y debilidades que lo hacen diferente de los demás. Y a donde quiero llegar con esto, si vives consciente de quién eres, y que deseas enfocado en cómo piensas, y sientes, ganarás supervivencia, pero si te aferras a las ideas fundadas en un perspectiva social vivirás enfocado en palabras cómo tengo, debo, requiero, soy, entonces nunca encontrarás la manera de avanzar, dado que te enfocas en satisfacer expectativas que ha forjado la sociedad, que sólo te llevan al cansancio, insatisfacción, inseguridad e intranquilidad, por estar regido en el principio de cumplimiento y recompensa, de dar y recibir, sistema que penaliza la caída, el fracaso, la derrota, el dolor, etc., sin ser consciente que las vivencias más duras son las que forman el carácter, y resiliencia en el ser humano, quien nace como un diamante en bruto y está en proceso de pulido constante, que para ver su brillo necesita identificar primero de que está hecho, es decir, ser consciente de quien es (mundo de las ideas) y quien quiere ser (que necesita para ser transformado), por ende entre más te enfoques en tu mundo interno (como sientes válidas y canalizas las emociones, como piensas y se siente el cuerpo cuando presenta una situación estresante) , identificarás que requieres para avanzar, minimizarás la percepción negativa ante las situaciones estresantes y las verás como un campo de entrenamiento, notarás que la caída hace parte del moldeamiento humano, porque reconocerás que eres un ser imperfecto en búsqueda constante de ser su mejor ejemplo y buscarás tu propia satisfacción, porque identificas que no hay reglas únicas para hallar, fijar y mantener la misión y visión de la vida, pues encaminas tu mundo hacia el saber vivir, saber disfrutar, y saber transmitir a los demás.