Una de las situaciones complejas con las que se ven enfrentadas algunas familias, especialmente, aquellas donde hay más de un hijo, es con el manejo de los celos entre hermanos, aunque para los padres se cuenta con el suficiente amor en el corazón para brindar a cada uno de sus hijos por igual, para estos, por el contrario, los padres pueden llegar a querer más a uno que a otros. Cuando la familia cuenta con dos hijos, el mayor generalmente empieza a rivalizar con ese menor, que en su imaginario llega a desplazarlo del amor de los padres y de la atención de las personas que se encuentran a su alrededor, y en realidad puede resultar cierto, no desde lo afectivo, sino desde la realidad de centrarse en las demandas que trae consigo un bebe, es por eso que se debe tener especial cuidado a la hora de distribuirse entre los hijos. Cuando son tres hijos o más, los hijos de la mitad les cuesta a veces identificar cual es el lugar que ocupan dentro del núcleo familiar. Lo que puede conllevar a que presenten conductas desafiantes, de igual forma podríamos decir que pueden llegar a ser más independientes que el hijo mayor o menor.
Debemos aclarar que los celos fraternos no solo se presentan en la etapa infantil, cuando se encuentran todos en el hogar, también se presenta en la etapa adulta, especialmente cuando se crece con la creencia de que los hermanos son más importantes y por eso gozan más del afecto de los padres. Nos centraremos en la importancia de cómo abordar los celos fraternos en la etapa infantil, que a su vez será lo que permitirá que en la etapa adulta no se presenten.
Empecemos por decir que cuando el niño es hijo único y se entera de que pronto llegara a casa un hermano sienten mucha ilusión y alegría, piensan en ese amigo o “juguete” que tendrán para sus aventuras, sin embargo, cuando se percatan que el “Juguete” cobra vida y tiene formas de captar la mirada, atención y amor de los padres entonces ya no es tan gratificante para el niño o niña. No es una generalidad. Estamos centrados en los casos en que se presenta tal situación. ¿Entonces qué hacer? Algunos de los aspectos a tener presente son:
Algunos niños que presentan celos fraternos pueden presentar conductas de rebeldía, estados de tristeza, desplazamiento de la conducta al colegio, conllevando esto a dificultades con el grupo de iguales o deterioro en el desempeño académico. En casa se puede dar manejo siempre y cuando las conductas no estén arraigadas, de lo contrario es mejor buscar el acompañamiento psicológico que le ayude al menor a gestionar sus emociones, y que le brinde al adulto las pautas adecuadas para poner en practica
María Patricia Serpa R.
Psicóloga Clínica
Especialista en Niños, Adolescentes y Adultos